Somos muchas las personas llenas de buenas intenciones, con planes, sueños, proyectos, y que desearíamos hacer mil cosas en la vida, pero que también por mil razones no nos damos el tiempo necesario para poderlas hacer.
Algunas veces que no las hagamos puede ser por pereza, pero otras veces, que no iniciemos nada puede ser por ese temor que nos da el fracaso.
Ese temor que tenemos siempre al iniciar algo, que para nosotros es un campo desconocido y no vaya a ser como no los habiamos imaginado, como lo habíamos soñado y nos lleve a fracasar, y no solemos llevar a ciertas edades muy bien los fracasos.
Es por eso que muchas veces no nos arriesgamos, porque no nos atrevemos a tomar los riesgos que siempre conlleva arriesgarse hacer algo nuevo. Y cómo no intentamos superar ese temor de aceptar el riesgo de que lo desconocido también pueda a pesar de ser distinto poder llegar a gustarnos, y de que podamos disfrutarlo, pues eso hace que casi siempre vayamos posponiendo decisiones que pueden ser importantes en nuestras vidas.
Y eso trae como resultado también que casi siempre estemos posponiendo “cosas” en nuestras vidas sin querer darnos cuenta , que esta, nunca se puede planear con la suficiente antelación como para evitar situaciones en las que ella, en alguna ocasión nos pueda poner en alguna encrucijada y que en ese momento debemos estar preparados para saber tomar esas decisiones que siempre andamos evitando, sin tener la oportunidad de poder posponerlas…
Hay una frase que me gusta y que dice…”No es necesario ser grande para comenzar, sin embargo, es necesario comenzar para ser grande”
Mientras tanto, ahí seguimos nosotros, siempre esperando a que todo sea perfecto antes de comenzar hacer nada, no iniciando nada por iniciativa propia, y dejándonos llevar por la inercia de la vida... siempre posponiendo sin arriesgar nunca nada.
Posponiendo para mejor ocasión...Ya sea comenzar un viaje, un proyecto, un sueño, un cambio en nuestras vidas…lo que sea que queramos comenzar, porque siempre intentamos auto-convencernos diciéndonos, "ahora no, ahora no es el momento". Pero… la realidad, es que nunca sabemos lo que nos encontraremos en cada recodo del camino, o si la suerte nos puede cambiar a la vuelta de cada esquina porque ninguno de nosotros sabemos qué nos depara la vida, ni de cuánto tiempo disponemos para poder seguir esperando y poder seguir permitiéndonos posponiendo las cosas indefinidamente…
Así es que, mejor no sigamos haciéndolo, y comencemos a disfrutar de cada momento, es mejor que intentemos realizar cada uno de nuestros sueños sin esperar a que se nos acabe el tiempo...
Hay personas que viven plenamente cada instante de su vida porque saben que esta, es un viaje y no un destino, este viaje podremos con nuestra actitud hacer que sea divertido, feliz, ameno, eso va a depender de nosotros y de quien nos rodeemos. Simplemente necesitamos dar el primer paso, luego otro, el siguiente, y otro, y otro más hacia nuestra felicidad.
Porque si permitimos que el temor sea más fuerte que nuestra fuerza de voluntad, jamás iniciaremos nada, por ese miedo pospondremos siempre nuestros sueños por algo, o por alguien, y al final nos sentiremos desilusionados, decepcionados, fracasados, por no haber luchado por alcanzarlos, y llegar a conseguir alcanzar nuestras metas. Y sentiremos un gran vacío, pero la vida nunca tiene vuelta atrás, y algunas veces tampoco segunda oportunidad.
Así es que si alguna vez te la dá hazme un favor y aprovechala.
Consuelo Ruiz.