lunes, 12 de abril de 2010

AÑORANDO LA SOLIDARIDAD

Amigos.....siempre lo malo y, lo incorrecto es más fácil y por fácil es lo que una gran mayoría de personas tristemente en esta vida acabamos haciendo y así vengo desde hace ya tiempo observando….


Hemos pasado de la generación de no tener y carecer de algunas cosas, a la de querer que a nuestros hijos no les falte de nada, y como si estuviéramos resentidos con algo o con alguien por las carencias que algún día tuvimos algunos, nos hemos volcado en no dejar que les falte nada e intentar darles todo…incluso cosas innecesarias.

Pero… si yo echo la mirada atrás y me fijo detenidamente en el presente, comparando a los jóvenes de hoy, con nosotros mismos cuando éramos tan jóvenes como ellos lo son ahora, no tengo mucho que envidiarles sinceramente. Es cierto que me pudieron faltar muchas cosas materiales hasta cierto punto, pero creo, que si me dolió en algún momento debió ser tan pasajero que hoy intentando recordar alguno de aquellos momentos no viene ninguno de esos a mi memoria… fui feliz y esos momentos si son los sí viene a mi mente en su mayoría y me llenan de añoranza.

Porque lo que sí recuerdo son momentos alegres, esas reuniones familiares con mis abuelos cada noche alrededor del fuego de la chimenea, con los amigos de mis padres que eran casi como de la familia, y que llegaban a casa cada noche, a una casa que nunca se cerraba donde nunca se cerraba la puerta y esta siempre abierta y ese recuerdo me lleva a otro que es ese sentimiento de solidaridad que había entre las vecinas. Cuando en casa de alguna de ellas había un problema, todas se unían como piñas para solucionarlo, los amigos en la calle sin llamarnos ya sabíamos donde podíamos ir; no necesitábamos teléfonos para llamarnos … Nunca vi eso en la ciudad, yo que había crecido con todo eso con esos valores, eso se quedó arraigado en mi interior, se quedó tan arraigado, que nunca entendí como la ciudad era tan fría que la gente pasaba al lado una de otra sin saludarse, sin ayudarse…. Eso me llamó mucho la atención y yo observaba mucho, pero… poco a poco me tuve que ir acostumbrando a eso aunque creo que nunca he acabado de aceptar este mundo que es diferente al aquel en el que yo crecí y que conocía, este mundo frio en el que cada uno tiene su vida, que tienen su mundo y que cada uno se han ido metiendo en él, dejando fuera a los demás...

Si, ya he acabado por aceptar que este mundo que veo ante mis ojos nada tiene que ver con aquellos tiempos que yo recuerdo y añoro. Creo que me quedé a medio camino entre dos tiempos….

Pero quizás por eso observo mucho a la sociedad en la que también vivo y a pesar de ver que sí, que tienen los jóvenes, incluidos mis hijos, porque también entré en ese juego de querer darles lo que yo creí que a mí me faltó,… Y tienen mucho mas de todo aquello que no tuve yo a su edad. Realmente les falta algo que sí teníamos nosotros, nosotros teníamos valentía, rebeldía, decisión, ilusión y un desafío por conseguir, porque a nosotros nadie nunca nos resolvía las cosas, porque no podían, primero, y porque los desafíos cada uno los tenía que resolver cuando les llegaban a uno mismo…..

A ellos no les podemos culpar tampoco de todo, ya que nosotros les hemos resuelto toda la vida los problemas. Yo me pregunto si eso es haberles hecho un favor a ellos o es habérnoslo hecho a nosotros para nuestra satisfacción como padres para sentirnos bien y satisfechos

Yo creo que si todos nosotros hiciéramos un esfuerzo; mirando un poco hacia dentro de nosotros e intentáramos educar a nuestros hijos a encarar la vida como un desafío ...el desafío de lo que es correcto, ese desafío , que precisamente por ser complicado, es un desafío que nadie dijo que fuera a ser fácil, ni que nosotros se lo tuviéramos que dar resuelto. Facilitarles todo, sí, ayudarles en todo, también, pero no resolverles ese desafío y dejarlos a ellos sin esa posibilidad de poder resolverlo por ellos mismos.

Ese desafío es la vida y esta la deben vivir ellos por sí mismos, y nosotros cada uno en su medida estar ahí para enseñarles siempre a ir con la verdad, de hacer lo correcto, de hablar mirando a los ojos..., para que acepten el desafío de pensar lo que van a decir, de que no consiga nadie callar nunca su voz... el desafío de aprender también a escuchar… y sobre todo el de no caer nunca en la vileza de crear, buscar y transmitir chismes, con lo que sólo se lastiman las relaciones entre las personas y las distancian cada vez más.

Enseñarles valores como la nobleza el cariño por la familia y la amistad. Esos valores nobles que parece se perdieron por algún lugar del tiempo que no consigo ubicar, pero que, pensando y observando, algo está muy mal ya que entre los mayores veo soledad, tristeza y abandono….y entre los jóvenes tristemente tampoco veo esos lazos de amistad que yo veía a mi alrededor en aquellos tiempos ya pasados.

Consuelo Ruiz

8 comentarios:

  1. Poco más queda por agregar a tu estupendo escrito. Solo que añoro una parte de aquellos tiempos... la de las vecinas haciendo piña para solucionar los problemas. Y si no lo conseguían, al menos uno nunca tenía la sensación de sentirse solo.
    Ni que decir tiene que estoy muy de acuerdo en lo que dices.

    Un abrazo de corazón a corazón,

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  2. Gracias Leonor...Por tu solidaridad y cariño.
    Esa es la sensación que no se sentía con tanta frecuencia antes, como creo que sí se siente en los momentos actuales efectivamente a pesar de poseer más cosas materiales quizás...
    Gracias por tu comentario amiga.
    Un sincero y enorme abrazo para ti.
    Consuelo

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  3. Gracias querida amiga por tus nostálgicos, reales y edificantes comentarios, creo que se puede mover al mundo hacia ese atras de solidaridad, ni digo que nos retrasemos en ciencia y tecnología, aunque estas seria bueno que tuvieran ese enfoque humanitario y no el de las ganancias empresariales.
    A mi me conmueve profundamente tu planteamiento porque me es muy conocido, en nuestra familia sigue existiendo a pesar de que en las ramas mas recientes la cohesión solamente se ha mantenido entre los parientes mas cercanos.
    Por ejemplo, el lunes santo murió el esposo de una prima mía, la pareja anda por los 80, la familia andaba de vacaciones por la semana santa pero el domingo ya comenzaron las llamadas y el lunes de pascua estabamos casi todo el viejo tronco alrededor de mi prima Victoria.
    Un hermano de ella decía en buen nica: jodido, lo maravilloso de nuestra familia es que a pesar de las distancias y la rapidez de este jodido mundo de hoy, cuando se necesita a la familia ahí están todos.
    Y así es, estábamos los mas viejos, los menos viejos y los jóvenes y todos asumiendo alguna parte de las necesidades de la viiuda, a quien la familia de su esposo la ha sometido a una feroz rapiña por el dinero de su familia (que es mucho).
    Hace unos cinco años un sobrino mio sufrió un accidente automovilístico y una hora después el hospital estaba plagado de la familia, dijo en ese momento mi hija; quien no usa malas palabras como mi primo: si uno quisiera tomar una foto de la familia tiene que ser en un hospital, porque quizás a una fiesta no asistan todos, y agregó una prima, o a un sepelio.

    Pero no somos solidarios solo en los trances difíciles, cuando nació mi nieta habíamos unas cuarenta personas esperando en los pasillos, hasta llegaron periodistas creyendo que el bebe por nacer sería el de Presidente de la Republica que estaba por nacer.
    Hace 6 años hicimos una convocatoria por diario para reunirnos los descendientes de Demetria la Bella, en cuya descendencia estaba mi abuelita casada con el aleman Vogl, y llegamos casi 500.
    En los 80 años de uno de los primos nos reunimos unas 150 personas y en las Bodas de Oro de otro primo una cantidad similar.
    ¿Y a quien llamamos en un apuro? a un familiar que siempre esta dispuesto a dar su mano.
    Y lo mas bonito es que la familia esta integrada también por aquellos amigos tan afines, fieles y generosos que asumimos no como de la familia, sino como familia.
    Algo especial y quizás no tan comun: casi todos los ex-conyugue por divorcio, acuden como familia.
    A mi me trasmitieron ese sentimientos mis abuelitos, la primera generacion Vogl en el país, tuvieron tres hijos 17 nietos y ya paré de contar porque todos fueron muy prolificos y hoy la familia es casi incontable.
    Yo lo he trasmitido a mis hijos y espero que ellos sigan con ese sentimiento de unión y solidaridad con la familia y los amigos.
    Y con el resto de la humanidad, porque seguramente estas reflexiones tuyas querida Consue, haran crecer en muchos esta actitud positiva, no creo que se pueda tener un alma solidaria exclusivamente para los parientes, la solidaridad amplía el corazón para abarcar a mas personas, ojala a la humanidad entera.
    Gracias querida amiga por tus palabras

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  4. La verdad es que no se como pudimos sobrevivir,,comer pan con aceite,,a mi me daban tambien pan con vino y azucar,,,no pensaron que podia ser alcolica de mayor,,,y leotardos jajaj calcetines y vas que te matas. Los libros, los de mi hermana y ojo con estropearlos que tenian que pasar a mi hermano,,a la moda yo vamos la primera ...en aprovechar lo que dejaba mi hermana,,,juguetes,los de la calle...si me atizaban y iba a lloriquear ufffff otro guantazo me llevaba....vamos que estamos vivas de milagro....suerte que a nuestros hijos les hemos dado todo,,por eso van al sicologo
    jajj muakas
    maite

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  5. Gracias a ti querida amiga, por todo esto que nos has querido contar tambien sobre tu famiia y....¿Sabes? Así es la mía, todavia, todos corremos cuando alguno esta en apuros..
    Un besazo amiga y muchas gracias por estar...
    Consuelo

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  6. Jajajaja Maite tienes razón pero ¿Que me vas s decir que no nos divertíamos? Yo siiii ¡¡ Y mucho....!! Yo, como tu mis juguetes eran los de la calle y trepaba a los arboles como una ardilla jajjaja ufff, algunas veces veces alguna parte de mi cuerpo que no voy a mencionar no salió muy bien parada de esa aventura, pero aun así me levantaba y mucho cuidadito de que nadie se diera cuenta de nada...jajjaja
    Realmente necesitábamos menos para divertirnos, yo creo que había más solidaridad que ahora, y desde luego si había más respeto por lo demás del que hay ahora.

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  7. Me acuerdo perfectamente cuando jugaba con mis recortables, o el olor a nuevo del estuche que nos traian los reyes magos,no recuerdo que pensara que me aburria, y ahora que tienen de todo no saben por donde empezar, la verdad es que la culpa es nuestra. Debemos enseñar a nuestros hijos que las cosas se consiguen con esfuerzo y que lo material es lo menos importante en esta vida

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  8. Gracias amiga Fátima, que gusto verte por aquí...
    Es verdad, lo que dices disfrutábamos hasta de los olores, jajajja yo recuerdo que era lo primero que hacía con mis muñecas, disfrutar de ese olor a nuececitas, cuando las sacaba de la caja y que todavía algunas veces si pienso mucho en ello consigo hasta recordar...
    Y con cuanto esmero y cariño tratábamos las cosas. ¡¡ Pero claro... es que nos tenían que durar muchoooo ¡¡¡ jajaja
    Tampoco yo recuerdo haberme aburrido nunca, no teníamos tiempo para eso ¿Verdad?, Es que yo creo que siempre además nos faltaba más tiempo para jugar y siempre estábamos pensando e ideando cosas, entre otras como hacer algunos de nuestros juguetes...Pero teníamos iniciativa e inventiva, yo creo que en el fondo y a pesar de las carencias fuimos felices, y lo pasamos bien ¡¡ Nos divertimos¡¡ ¿Verdad?
    Ahora es verdad que los hemos hecho consumistas y nosotros mismos lo somos con ellos, y en el fondo yo creo que ninguno no sabría jugar, como nosotros lo hicimos un día...
    Creo que es verdad que la culpa ha sido en gran parte nuestra, porque no les hemos enseñado a prescindir absolutamente de nada y le dan más valor a lo material que en fondo son a esas cosas que se pueden comprar con dinero sin darnos cuenta que esas no son las más importantes, que las importantes ni están en venta ni las podemos comprar tampoco, que esas se cultivan en los corazones de cada uno de nosotros y creo que nos hemos olvidado de muchas ellas casi todos.
    Gracias por tu comentario y te mando un abrazo con cariño

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