Siempre me ha gustado observar a mi alredor, siempre me han
dicho que soy muy observadora, quizás eso me ha servido de mucho para conocer a
las personas que me rodeaban, sin que tuvieran que decirme las cosas, porque yo
sentía cuando estaban alegres, tristes, o las acosaba un problema.
Me gusta observar a la gente aunque no las conozca de nada,
y me gusta observarlas cuando me cruzo con ellas por la calle, o cuando voy en
el autobús, simplemente me gusta observar y ver sus reacciones ante diferentes
cosas y situaciones. Me gusta ver jugar
a los niños, reflexionar tras charlar con los ancianos en cualquier banco de cualquier
parque, me gusta ver divertirse sanamente a los adolescentes y escuchar sus risas, me gusta
ver a esas parejas exhibiendo y disfrutando su amor, y algunas veces al verlos
hasta son capaces de arrancarme una sonrisa, quizás de añoranza. Y es quizás
también porque al verlos a mi cabeza
vienen recuerdos de cuando yo viví esa
época y soy capaz de revivir esos sueños en los que tenia, las mismas ilusiones y me doy
cuenta de que hoy sigo teniendo las mismas esperanzas, el mismo
coraje y las mismas ganas de vivir, de luchar, de disfrutar, y de amar…
Es posible que todavía
pueda haber frio, y que la lluvia vuelva hacer acto de presencia…que todos
regresemos a nuestras casas, pero también estoy segura que por mucho frío que
llegue ahora, éste, ya no podrá
callarla poque ya la primavera extendió su manto por todos los lugares, y ella
se impondrá, sabrá salir adelante, sobrevivirá, seguirán brotando las hojas
en los arboles y estos lucirán hermosos y en poco tiempo
mas, también lo estará el campo, y podremos ver brotar muchas más flores. Y un año
mas nos habrá dado la naturaleza una
lección a la que nunca nos detenemos ni
a escuchar, ni a observar y que poco
sabemos disfrutar.
Pero es que pensaba… Que es porque eso no está de moda, no es
actualidad, no está en centros comerciales, y no se puede comprar, eso no es lo
que se lleva, eso, no es para consumir
que es lo que parece gustar a esta sociedad en la que vivimos, eso es solo para observa, admirar, y solo poderlo disfrutar…y
para ello…, Solo tendrias que detenerte y observar todo lo bello que hay a tu
alrededor ¡¡ Y disfrutar…!!
Y yo me pregunto ¿Merece la pena renunciar a esas cosas sencillas?
No, amiga, no merece la pena renunciar a las cosas sencillas, es más, te diría que las cosas sencillas son las auténticas cosas por la que merece la pena vivir.
ResponderEliminarTambién a mí desde siempre me ha gustado observar a la gente en determinadas situaciones, en lo cotidiano. Es hermoso que nos pueda arrancar una sonrisa cargada de ternura y comprensión, porque nos identificamos o porque empatizamos con la gente. Sólo por ello, aunque no tuviésemos más motivos, valdría la pena vivir.
Con la edad apreciamos más la grandeza de las cosas sencillas, atesoramos menos cosas materiales, vamos soltando lastre porque, sabiamente, la naturaleza nos va preparando para nuestra partida sin retorno, y comenzamos a vaciar nuestras alforjas y a llenar nuestro corazón.
Un beso.
(Qué suerte tenerte de amiga!!!!)
Gracias amiga también considero una suerte tenerte a ti de amiga… je je je..
ResponderEliminarGracias por tus cometarios, yo también creo que no merece la pena renunciar a esas cosas sencilla y que más bien deberíamos aprender todos a apreciarlas y disfrutarlas un poco más de lo que lo hacemos. Al final, como tú dices que pesado es llevar tanto peso en las alforjas todo el tiempo ¿Verdad? Es mejor y nunca mejor dicho ir alivianándose de él, y empezar caminar más lento disfrutando un poco más las cosas, y a las personas que tenemos a nuestro alrededor.
Muchos, muchos besos amiga