Espléndido sería haber tenido siempre ante nosotros
una canasta con todo cuanto quisiéramos.
Pero siempre hemos tenido que luchar por ello
Y hemos aprendido cómo hacerlo.
Y hemos obtenido mucho de lo que hemos deseado.
Tal vez todo, o al menos, casi todo.
Aunque la idílica canasta nunca ha estado ahí para nosotros,
hemos obtenido sus frutos, de una, o de otra forma.
Si hoy hemos caído, no podremos alcanzarlos más
¿Vale la pena levantarnos de nuevo?
Bueno, pues, si los tan deseados frutos siguen ahí,
hagamos que valga la pena.
Sergio
Augusto Vistrain
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