martes, 31 de mayo de 2011

Caer está permitido… levantarse es OBLIGADO



En ocasiones, aunque no siempre sepamos cuántas, nos sentimos mal con nosotros mismos, ya que nos podemos sentir tristes, o deprimirnos ante mil razones que nos da la vida; un problema familiar, un mal entendido con una amistad, un problema en el trabajo, un problema de salud…o mil razones más, aún cuando a los demás les mostremos mil sonrisas.

Son miles de posibles causas a las que estamos expuestos y por las que nuestro ánimo y ganas de seguir adelante se pueden ver atropellados, y es muy normal que algunas veces, ante tales circunstancias, nos podamos sentir culpables por sentir precisamente eso; que se desvanecen nuestras ganas de seguir adelante.

Yo creo es muy lícito sentir ganas de llorar en momentos como esos, sentirse hundida y desear detener el mundo para bajarse de él. Desde luego, para mí no sería la primera vez, y tampoco creo que sea la última, que sintiera ganas de llorar, o de querer quedarme en la cama sola, pensando en cómo pudieron ser la cosas y no fueron, y llorar hasta cansarme… No, desde luego que no será la última vez, porque caer está permitido sí, pero levantarse es OBLIGADO, y yo me levanto, me levanto por mí, y por aquellos que de verdad me quieren, que sé, me he dado cuenta de eso, que son muchos a mi alrededor.

Intento mantener mi mente serena y con un permanente mensaje; que en esta vida todo pasa; nada es permanente. Intento recordarme que las almas más ingeniosas, sabias y amorosas, se crearon en momentos de desgracias. Seguiré aprendiendo de ellas, y seguiré adelante, repitiéndome para mí misma que lo mejor está por venir; porque... Caer está permitido y levantarse es obligado.




Consuelo Ruiz

lunes, 30 de mayo de 2011

Ganas de seguir adelante


No soy la persona más fuerte, tampoco soy la más valiente. Para algunos una amiga, para algunos solo una conocida, y para otros  una completa desconocida.

Puede que  muchas veces me equivoque; quizás demasiadas…y que tal vez  me dé cuenta de lo que quiero cuando ya no lo tengo a mi alcance, y puede que mis temores aumenten con los días sin remedio, sobre todo si me paro al ver cómo camina el mundo.

Puede que haga fácil lo que es difícil, y que dificulte lo que es fácil, y puede también que tropiece más de cien veces con la misma piedra, pero lo que sí es seguro es que no soy de las que se quedan en el suelo cuando algo, o alguien las derriba. Siempre me voy a levantar, cuando caiga. Al menos yo soy de las que siempre lo van a intentar. Nunca, nunca quedará en mí la sensación de no haber hecho al menos eso: intentarlo; de no haber luchado.

Después puedo lograrlo, o no, y si no, desde luego que nunca será por no haberlo intentado, o por no haber dado pelea. A mí nunca me quedará clavada esa espinita.

Se dice que jamás se olvida y que siempre se aprende a vivir con lo nuevo que te presenta la vida. Si por alguna circunstancia tu forma de vida se cae, y tienes que volver a aprender a vivir otra vida diferente, otras formas, otros modos, otros ritmos, es mejor quedarse con los bonitos recuerdos y mantener siempre en mente esos buenos momentos que hemos pasado, dar las gracias por haberlos podido disfrutar, levantarse agradecida, y seguir con la cabeza muy alta, dispuesta para una nueva lucha y para dar una nueva batalla.

Y no es resignación; es adaptación, son ganas de luchar, es tesón, es seguir con las mismas ganas de vivir y de disfrutar. A lo mejor, sí, de otra forma y a otro ritmo, pero de muchas cosas bonitas aún, y rodeada de  mucha gente maravillosa.

"La felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino disfrutar de los detalles pequeños con quien uno quiere".
Frase de un querido amigo

Consuelo Ruiz