En la vida he aprendido que un adiós va a doler siempre, que
las fotos no podrán reemplazar los momentos vividos por más que las miremos ni
que los rememoremos.
Que los recuerdos buenos o malos podrán hacernos llorar todo dependerá de nuestro estado de ánimo
en cada momento…. Pero sobre todo he
aprendido que ni los recuerdos, ni las palabras pueden reemplazar nunca, ese
intercambio personal de los sentimientos, que no puede reemplazar el calor de
un abrazo, de una caricia o de un beso…