sábado, 27 de diciembre de 2014

Jugar bien la partida de tu vida, con las cartas que te han tocado.

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Me quedé reflexionando sobre algo y es que…No somos nosotros los que elegimos a nuestros padres cuando nacemos, ni el país en el que  lo hacemos, que no elegimos de quien nos enamoramos, porque  sencillamente aparece ese sentimiento sin más, y cuando lo hace, nosotros solemos hacernos esclavos de él, ya que se nos mete primero en el corazón y desde ese momento casi siempre  comienza a dirigir y a controlar también nuestra cabeza. No elegimos a nuestros enemigos,  ya que la mayoría de las veces nos eligen ellos a nosotros. Ni elegimos nuestros talentos, ni debilidades para poder elegir nosotros aquello que pudiéramos o nos gustaría hacer después. Por no elegir no elegimos ni el nombre que vamos a llevar el resto de nuestra vida y por el que vamos a atender cada vez que nos llamen, y que muy pocas veces nos guste o no, lo vamos  llevar, como una imposición que acabaremos por aceptar, sin que ninguno de nosotros se acabe por rebelar. Por tanto, así nos llamaran todos esos que queremos primero, y también  a los que vamos eligiendo en la vida después.

Pero pensaba en definitiva que en la vida ninguno de nosotros  elige, que es la vida quien nos lo elige, y creo que a veces ni eso.

A veces creo que ya todo está como algo consumado, y lo comparo con una gran partida de cartas,  y así como son todos los juegos de azar, este juego de la vida, dependerá igualmente mucho de la suerte, y por tanto también dependerá mucho del  día que se repartió la jugada, y de las cartas que te tocaran a ti en ese reparto, porque con esas cartas será con las que tendrás que jugar en la partida de tu vida, y lo tendrás que hacer lo mejor que sepas jugarla. Intentando permanecer en la partida el mayor tiempo posible, por muy malas que sean tus cartas.

Así es que atentos, y a no bajar nunca la guardia, hay que  jugar bien y con toda la atención en a jugada, porque  aunque sea difícil no siempre gana quien lleva buenas cartas, se puede ganar  la partida, aunque lleves muy malas cartas.

Consuelo Ruiz.



2 comentarios:

  1. Como siempre, amiga, me encantan tus reflexiones. También pienso que el destino nos marca el camino de la vida, nos coloca las personas y las circunstancias en los momentos precisos, como si todo estuviera marcado en una hoja de ruta. Sin embargo, pienso que tenemos poder de elección, de aceptación o rechazo... de cambiar las cartas de esa jugada que no nos gustaba. En ello radica la esperanza y la ilusión.
    Un beso muy grande!

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  2. Gracias amiga por tu comentario, así lo creo y así lo expresé en mi escrito me da mucho gusto que también coincidas con ese pensamiento, y mis " locas reflexiones" jajaja... que por cierto también me alegro que te gusten. Un abrazo y gracias por leerlas y comentarlas, siempre es agradable saber que están los amigos por aquí leyéndote..

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